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Déjame ayudarte.

El omega se fue muy temprano por la mañana y Jungkook no hizo más que anhelar su compañía. Las enfermeras iban y venían como todos los días pero ninguna era Jimin por desgracia. Se sentía tan extraño por sentir eso, por esa emoción que él no quería tener en realidad. Si tiene muchas ganas de ver al omega, por supuesto, pero han pasado solo unas horas de que se fue, no quiere estar tan desesperado por tenerlo a la vista y percibir su aroma, es de locos.

Jimin no estaba mucho mejor; todo el día se lo pasó preocupado por el alfa, si su estado continuaría bien, si no ha atacado alguien por sus alocados estados de ánimo; su mente ha estado divagando todo el día en cosas sobre cómo ayudar al de ojos verdes, tanta fue su divagación que se pasó una parada de la suya en el autobús de la escuela al hospital. Tuvo que correr todo el tramo para poder llegar a tiempo. Entró apresurado para poder registrarse y por fin pudo sentarse en una de las sillas de la estación de enfermería. Se dedicó a recuperar el aliento por unos minutos hasta que escuchó como tres voces familiares se acercaban a él, conversando acerca de alguna cena que tuvieron o algo parecido.

—Hola Minnie —saludó Yoongi, se recargó en el mostrador que estaba frente a Jimin.

—Hola Yoongi —devolvió el gesto y les sonrió a las dos alfas que lo acompañaban.

—Yoon nos platicó sobre lo de la cirugía de Hye, Jim —dijo Taehyung en tono serio—. Quiero que sepas que Hoseok y yo estamos para apoyarte por completo, si necesitas algo solo dilo —lo miraba a los ojos para convencerlo de su honestidad y apoyo.

—Gracias, chicos —sentía que su corazón latía muy rápido, nunca tuvo amigos reales, y ahora había encontrado a tres personas geniales que, aunque difieran un poco en edades, le demuestran que eso no interesa al ofrecerle su apoyo incondicional.

—Sabes que yo voy a operarla sin costo así que solo deben pagar los gastos del hospital —dijo el traumatólogo.

—Es una gran ayuda lo que nos das, Yoongi —sonrió agradecido pero luego suspiró molesto—. Pero aún así tendremos mucho que pagar, aún teníamos deuda de la cirugía pasada y ¡agh, es muy frustrante!

—¿No han pensado en no operarla?

—¡Hoseok! —regañó Taehyung—. ¡Claro que nunca pensarían en esas opciones!

—Seguramente ella va a proponerlo por su cuenta cuando se entere, pero es claro que no aceptaremos —el omega negó de inmediato—. Mis padres están tratando de conseguir prestamos, y yo creo que conseguiré un empleo nocturno —sonrió sin brillo—. Todo se va a solucionar, lo sé.

Los tres chicos rodearon a Jimin en un abrazo y lo llenaron de palabras lindas y de apoyo, lo reconfortaron por un rato hasta que la enfermera de la mañana a la estación y los médicos tuvieron que despedirse. La mujer le dio los expedientes a Jimin y una explicación rápida de lo que ella hizo durante su turno. Jimin claro, se encaminó a la habitación de Jeon, entró tan sonriente como su ánimo se lo permitía y saludó al alfa pero solo lo encontró con una mueca de asco en el rostro.

—¿Te sucede algo? ¿Tienes náuseas? —dijo apurado aproximándose donde él.

—No te me acerques —negó cubriéndose la boca y la nariz con la palma de su mano.

—¿Por qué no? —su tono fue triste sin quererlo, el alfa lo estaba rechazando y por supuesto su omega se sintió mal.

—Hueles horrible —dijo sin pensar y de pronto las lágrimas se estaban haciendo presentes en los ojos de Jimin, Jungkook se sintió pésimo por decirlo, pero su alfa estaba molesto; su omega olía a muchos alfas que no eran él. Jungkook sabe que eso es irracional y que seguramente el omega debe estar dolido por el rechazo pero por más que intenta negar y acercarse a él para calmarlo su lobo no se lo permite por el enfado.

—¿Ya no te gusta cómo huelo? —un puchero se instaló en sus labios y las lágrimas bajaban como cascadas por sus ojos—. ¿Me dejarás? —el aroma es una cosa muy importante para los omega, es instintivo sentirse tan mal si a un alfa le disgusta cómo huelen.

—¡No, nunca te voy a dejar, omega! —se apresuró a abrazarlo para rodearlo de su aroma—. Lo siento tanto, es que olías a otros alfas y yo... —lo apretaba fuertemente tratando de confortarlo—. Perdón, fui un tonto al portarme así, tú siempre puedes acercarte, te quiero siempre conmigo —soltaba su aroma para que el omega dejara de lamentarse y también borrar los aromas que tenía encima; su lobo no iba a dejar pasar eso así como así.

—Es el aroma de Taehyung y Hoseok —dijo con la voz baja, estaba apretado contra el pecho del mayor—. Se te está haciendo costumbre hacerme llorar, alfa tonto.

—Lo siento mucho, no era mi intención —dijo apenado—. Yo nunca me negaría a tu cercanía, pero mi alfa estaba muy molesto por los aromas, lo siento de verdad —dijo sin soltarlo, era Jungkook quien quería tener al omega entre sus brazos, no le gustó verlo triste a causa suya.

—No hay problema, yo tampoco debí ponerme tan sentimental —negó riendo—. Lamento eso, pero ahora puedes ver que a pesar de los años sigue siendo difícil controlar a tu lobo.

—Sé que también me pondría así si me rechazaras —se encogió de hombros para restarle importancia—. Y lo tomaré en cuenta —acarició la espalda del menor.

—Bueno ya que ambos nos disculpamos... ¿puedes soltarme? —dijo bromista aún desde el abrazo.

—Oh —lo soltó de inmediato y se sonrojó—. Yo... Emm... —caminó hacia atrás hasta sentarse en la cama con los pies colgando—. Perdón.

—Si, no importa —rió de nuevo—. Solo venía a ver si necesitas algo y ver tus signos de la mañana —tomó el expediente a nombre de Jeon y lo hojeó unos segundos viendo su contenido—. Parece que sigues mejorando, rizos —sonrió un poco hacia el alfa y este le correspondió.

—Tengo muy buenas personas cuidando de mi.

—Algo como eso he escuchado, dicen que los practicantes de este hospital son los mejores del país.

—Hay uno en específico que si lo es —el más alto guiñó el ojo juguetón provocando una risa y sonrojo del ojiazul.

—Tendré que irme ahora porque estás un poco insolente —negó con falso reproche—. Volveré a la hora de comida, si necesitas algo sabes que puedes llamar por el timbre.

—Lo que digas, muchas gracias —lo vio irse y dejó que la emoción se expresara en su rostro con una gran sonrisa. El intento de coqueteo con el omega fluyó por sí solo, en otro momento no habría intentado nada, pero es Jimin y una parte dentro de él sabía que lo alegraría aunque sea un poco; por suerte lo logró y él alfa no podría estar más conforme con eso.

✧✦✧

La hora de comida llegó; el alfa se alegró demasiado al ver a esa linda persona entrando a la habitación. Tenía un recipiente con comida en una mano y en la otra una botella con alguna bebida que desconoce; lucía cansado pero no tanto como siempre al fin del turno, tenía ojos un poco más brillantes que antes y una tenue sonrisa adornando sus labios.

—Hola, Kook.

—Hola Jim —no sabe si está teniendo algún evento cardíaco, pero va a ignorar la vibración de su corazón porque cree que solo es su tonto alfa emocionado por el omega saludándolo con un apodo cariñoso—. ¿Qué tal te está yendo todo?

—Creo que mi suerte va a mejorar —caminó hacia la silla de siempre y tomó lugar para destapar su contenedor de comida.

—¿De verdad? —Jimin asintió y probó un bocado.

—Te ofrecería comida pero no puedo, lo siento —hizo una mueca de pena que causó ternura al alfa, un lindo sentimiento cálido se instaló en su pecho al verlo tranquilo.

—Estoy bien con la maravillosa comida que me brindan —negó sarcástico—. Ricas comidas molidas y sin sal, ¡yummy! —suspiró sonriente como si estuviera siendo sincero.

—Ya te explicaron que si comes sólidos enfermarías —dijo para después meter la cucharada de comida a su boca.

—Si, pero no les cuesta nada ponerle un poco de sazón, es un asco —se quejó viendo al omega comer.

—Si eres un buen paciente tal vez traiga sobres de sal para ti —susurró como si alguien pudiera oírlos.

—Si haces eso te doy toda mi fortuna —bromeó.

—Eso me vendría bien ahora, así que considera tus sobres de sal como un hecho —río formando las medialunas de sus ojos.

—Has estado muy triste hoy, eso significa que sigues pensando en lo de la cirugía —señaló lo obvio. Aunque durante algunos momentos del día su alfa sentía al pequeño omega más tranquilo, la desolación y preocupación volvían a invadir su ser, si así se siente ahora no quiere imaginar cómo será cuando marque a Jimin y tengan una verdadera conexión y... Esperen, ¿él dijo que marcará a Jimin?

Rápidamente sacudió la cabeza para librarse de esos pensamientos, él nunca iba a marcar a ningún omega, nunca se encadenaría a algo tan animal como eso, esperó por la respuesta del de orbes cerúleo, quien mascaba su comida con paciencia.

—No es algo que se me vaya rápidamente de la cabeza —admitió—. Lamento si sientes mi tristeza, no hay nada que pueda hacer —hizo una mueca de disculpa—. Pero creo tener la solución, por eso digo que mi suerte está por cambiar —sonrió un poco comiendo un poco más.

—¿De verdad? ¡Eso es genial! —sonrió contento hacia el chico—. ¿Qué es lo que harán? Si necesitas ayuda puedes pedírnoslo, solo dilo y se hace —Jimin rió por eso.

—No voy a aceptar tu ayuda, pero muchas gracias, ricitos —sonrió—. El doctor Min va a operar a Shinhye sin cobrarnos por lo que solo tendremos que pagar los servicios del hospital —explicó brevemente.

—¡Eso es increíble!... Pero aún será mucho dinero, ¿no? —supuso pues su lobo no se sentía aliviado para nada.

—Pues sí, pero pediremos una prórroga para pagarlo en varios meses, conseguiré un empleo nocturno y sé que se va a solucionar —dijo sonriente.

—¿Por qué no uno de fin de semana? —propuso mientras alargaba su brazo para tocar el rostro del omega, con su pulgar retiró una mancha de la comisura de su labios haciendo que Jimin se pusiera rojo, pero no opuso resistencia cuando el alfa retiraba las migajas de una de sus rodillas; se sentía bien ser atendido y arreglado por él.

—Porque ya tengo uno, duh —se puso de pie y rodó los ojos ante la cuestión, sintió mucha ternura de la mirada alarmada del alfa.

—¡¿Y cuándo descansas?! —preguntó parándose de la cama con cuidado y colocándose frente al omega, deslizó su dedo por el flequillo del chico para acomodarlo de lado y acomodó también el cuello de su uniforme porque estaba mal doblado.

—Ya veré —se encogió de hombros—. Es trabajar de noche o dejar la escuela y definitivamente no quiero dejarla —negó poniendo el último bocado de comida dentro de su boca y riendo cuando el alfa colocó la mano bajo su barbilla para evitar que restos de comida cayeran en sus blancas prendas—. ¿Terminaste de arreglarme el uniforme, mamá? —cuestionó bromista por la actitud del rizado.

—Jimin eso no suena como algo saludable, déjame darte el dinero —dijo con semblante preocupado—. No debes esforzarte tanto —negó—. No voy a dejar que te esfuerces tanto —corrigió y miró al chico de los pies a la cabeza buscando algún detalle—. Y si, terminé.

—Estaré bien, alfa preocupón —rió—. Ahora me voy a revisar a los otros, nos vemos en la noche —se despidió agitando su mano.

Su alfa se sentía frustrado, su omega no estaba aceptando su ayuda y Jungkook también se sentía así, Jimin estaba siendo muy terco pero comprende lo que es querer resolver sus propios problemas así que tratará de no intervenir a menos que el ojiazul lo pida. Por otra parte le pareció encantadora la forma en la que el omega termina hecho un desastre cuando come y su alfa se sintió feliz de poder arreglar ese desastre.

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